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domingo, 17 de abril de 2011

Carrillo, sobre Paracuellos: "Estuve implicado pero no di la orden de matar"

PRESTON PIDE DEBATIR SU CONTESTACIÓN 
La contestación de Carrillo al libro de Paul Preston sigue generando polémica. El historiador pide analizar la contestación del ex líder comunista.
Preston, sobre Carrillo: ''¿Este tío me toma por tonto, o qué?''

2011-04-17

Libertad Digital
Santiago Carrillo ha vuelto a estar de actualidad debido al libro del historiador Paul Preston presentado esta semana. En una conferencia abarrotada en el Círculo de Bellas Artes, durante la conmemoración del 80 aniversario de la II República, Carrillo trató de atajar el nivel de las acusaciones.
"Yo no di la orden de matar a la gente de Paracuellos. Es verdad, estuve implicado como consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid pero no di la orden de matar a nadie. Yo sigo teniendo el orgullo de haber estado en un puesto importante que hizo posible la defensa de esta ciudad durante más de dos años y medio. Tengo el honor de ser uno de los defensores de Madrid".
En la calle de Alcalá, tal y como relata Crónica de El Mundo, miles se manifestaban con estandartes tricolores y símbolos de la República. "El 7 de noviembre no podíamos incurrir en angelismos. ¡Afortunadas las personas que no han tenido que pasar por situaciones así en su vida!, relató Carrillo.
Carrillo Contestó al suplemento de El Mundo sobre el libro de Paul Preston El Holocausto español, en el que el autor afirma en él que "Carrillo sí sabía lo que pasó en Paracuellos. Decir que no sabía nada es ridículo".
El ex dirigente izquierdista respondió que lo ha leído "y tengo una opinión diferente a la que él ha manifestado. No es un libro contra mí, sino que da muchas claves favorables respecto a mi actuación en aquellos días. Ese libro a mí me ha tranquilizado", dijo. Y añadió que tiene "ganas de hablar con Preston porque me ha dado luz sobre unos hechos que hasta hoy desconocía".
El propio Preston reaccionó a esa opinión de Carrillo y contestó a Crónica. "¡Qué listo es Carrillo! Ahora quiere provocar otra nube de niebla sobre la oscuridad. Su contestación merece un debate muy minucioso. Si él ha leído realmente mi libro verá que explico muy bien como él es uno de los responsables de la operación Paracuellos donde se asesinan a 2.500 personas. Es una responsabilidad entreabrios. Los responsables no pasan de 8 o 10 personas. Pero Carrillo es uno de ellos".

miércoles, 16 de marzo de 2011

Napoleoni dice que "la caída de Garzón podría ser muy positiva para España"

Por Sonia López.
Madrid, 12 marzo.- Las deudas de memoria histórica deben saldarse en el ámbito político y no en una sala penal y, si la caída del juez Baltasar Garzón por intentar investigar los crímenes del franquismo ayuda a entender eso a la sociedad española, "podría ser muy positiva para España", según la periodista italiana Loretta Napoleoni.

Napoleoni, experta en la financiación del terrorismo, plantea esta y otras reflexiones en el libro "Garzón. La hora de la verdad" (Principal de los libros), que presenta estos días en España.
No obstante, la autora se pregunta si Garzón será capaz de asumir ese sacrificio y dejar de denunciar el "linchamiento" al que, en su opinión, está siendo sometido, como haría un "hombre verdaderamente grande".
"La muerte de Sócrates fue lo más importante de su vida", ha afirmado en una entrevista con Efe Napoleoni, que cree que la figura de Garzón, con todo lo que conlleva de juez-estrella, es un producto de nuestra sociedad, es parte de nuestra historia, y "su caída es también la nuestra".
En el libro, Napoleoni analiza el personaje y la carrera profesional del juez más mediático de España, repasando sus virtudes y defectos, y con la pretensión de ofrecer una visión objetiva de la "polarización" que Garzón ha provocado en los españoles, divididos hoy entre sus partidarios y detractores.
"Si Garzón fuera italiano, hoy estaría en política, como Antonio di Pietro", dice convencida Napoleoni, comparando al juez con el exmagistrado y actual líder del partido Italia de los Valores (IDV).
Las cosas aquí han sido diferentes, según esta analista, que forma parte del comité científico de la Fundación Ideas que asesora al PSOE en su estrategia política y económica, porque la democracia española es mucho más madura que la italiana, y sabe que no se puede crear un partido porque un juez "simplemente sea famoso".
Por el contrario, piensa que el gran error de Garzón -hoy suspendido de su cargo en la Audiencia Nacional y con tres causas en el Tribunal Supremo por los cobros recibidos durante su estancia en Nueva York, la investigación de los crímenes del franquismo y las escuchas telefónicas del "caso Gürtel"- fue entrar en política.
Eso es lo que a su juicio ha marcado después su trayectoria en la Audiencia Nacional: "consciente o inconscientemente, la política ha condicionado sus decisiones, un juez tiene muchos casos y al final se concentra en unos más que en otros", afirma Napoleoni, que piensa que, tras el fracaso político de Garzón, su desplome fue muy fuerte.
Con esa visión, la autora repasa los casos que le han dado al juez su fama y su prestigio internacional, desde los GAL, la lucha contra ETA, la extradición de Pinochet y su trabajo en pro de la justicia universal, para acabar con el "caso Gürtel" y la investigación de las desapariciones de la dictadura franquista.
Otro de los errores que la autora apunta en ese recorrido es la identificación que se ha hecho de la Justicia con Garzón.
Considera que el juez ha hecho mucho por la democracia, desde su lucha contra el narcotráfico, la corrupción o el terrorismo, pero que no ha sido el único, detrás había todo un equipo de jueces y fiscales tan profesionales como él, que finalmente es quien se ha llevado "toda la gloria".
"Pensar que un hombre puede hacer lo que toda una nación ha sido un error de la prensa, que ha creado al personaje, pero él nunca ha dicho que no es así", asegura.
Sea cual sea el final del juez, Napoleoni sostiene que su caída puede abrir en España un proceso de autocrítica sobre algunos asuntos, como la interpretación de las leyes, la politización de la justicia y de algunos magistrados y la memoria histórica.


domingo, 13 de marzo de 2011

Preston: Carrillo fue más responsable de Paracuellos de lo que reconoce


ARTÍCULO EN "EBRO 38"

Dice que el dirigente comunista se colocó en el centro de todas las miradas al negar que tuvo conocimiento de los asesinatos.

2011-03-13

Libertad Digital
El historiador británico Paul Preston asegura que la responsabilidad de Santiago Carrillo en la denominada matanza de Paracuellos del Jarama fue mucho mayor de lo que el dirigente comunista ha reconocido nunca, incluso en sus memorias.

Preston llega a esta conclusión en el artículo "Las matanzas de Paracuellos", aparecido este mes de marzo en el último número de la revista "Ebro 38. Revista Internacional de la Guerra Civil", que edita el Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona y Llibres de Matrícula (www.llibresdematricula.cat).
Preston, profesor de la London School of Economics and Political Science y miembro del consejo asesor de la revista, trata este controvertido y polémico episodio de la Guerra Civil española, del que presenta el estado de la cuestión, enriquecido con una investigación propia que demuestra "la complicidad institucional –y de personas concretas que la encarnaban–".

En las conclusiones, el profesor Preston señala que las responsabilidades de Santiago Carrillo, que en aquel entonces ejercía el cargo de máxima responsabilidad en la Consejería de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, "van mucho más allá de lo que él nunca ha reconocido ni públicamente ni en sus memorias".

Las matanzas de Paracuellos fueron episodios organizados de asesinatos masivos de varios miles de prisioneros, considerados contrarios al bando republicano, que tuvieron lugar durante la batalla de Madrid en el municipio de Paracuellos y el término de Torrejón de Ardoz, próximos a la capital.

Las matanzas se produjeron aprovechando los traslados de presos de varias cárceles madrileñas, una operación que se conocía popularmente como "sacas", y se llevaron a cabo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, mientras se enfrentaban las tropas gubernamentales y franquistas por el control de la ciudad, recuerda el historiador.

Además de la magnitud de los asesinatos, que sigue siendo objeto de controversia y que pudo ascender a entre 2.000 y 5.000, también han suscitado enconadas discusiones aspectos como quién dio la orden de ejecutar a los evacuados de las cárceles y por qué unas sacas terminaron en asesinatos masivos mientras que en otras los prisioneros llegaban sanos y salvos al destino.

Las matanzas de Paracuellos son todavía objeto de una agria polémica, en la que destaca el énfasis que se ha puesto en la responsabilidad que podría haber tenido Santiago Carrillo. Según Preston, la propaganda nacionalista utilizó la atrocidad de Paracuellos para presentar la República como un "régimen de asesinos comunistas" y hablar de "la barbarie roja", e incluso llegó a afirmar que el número de asesinatos ascendió a 12.000.

Para el historiador, "aunque Carrillo fue una pieza más dentro del entramado de organizadores y ejecutores de las matanzas de Paracuellos, el régimen franquista y los partidos derechistas de los primeros años de la democracia no dejaron escapar la oportunidad de utilizar estos trágicos eventos para denigrarlo constantemente durante los treinta años en que fue secretario general del PCE (de 1956 a 1985)".

Además, el propio Carrillo contribuyó, sin darse cuenta, a convertirse en el centro del asunto de Paracuellos mediante "la absurda y continua negación de estar al corriente", cuando "hay pruebas de peso que, aparte de ser confirmadas parcialmente por algunas de sus propias declaraciones, dejan claro que estuvo totalmente involucrado".

En julio de 1937, poco después de ser nombrado ministro de Justicia, Manuel Irujo inició investigaciones para averiguar qué había pasado a Paracuellos, una de ellas dedicada exclusivamente a determinar el papel de Carrillo en los hechos, pero según Preston, "desafortunadamente, no ha quedado rastro de esta investigación", que seguramente estaba entre los papeles que los servicios de seguridad controlados por el PCE quemaron al final de la guerra.

Según Preston, un total de 405 presos salieron de la cárcel madrileña de Porlier, que "vivió sacas del 7 al 9, el 18, el 22 y del 24 al 26 de noviembre de 1936, además del 1 y el 3 de diciembre", y fueron ejecutados en Paracuellos y Torrejón.

También en ambos pueblos fueron asesinados 400 prisioneros de la cárcel de San Antón, donde se efectuaron sacas el 7, el 22 y del 28 al 30 de noviembre; y cinco lotes de prisioneros procedentes de este centro penitenciario llegaron sanos y salvos a Alcalá de Henares: dos el 7 de noviembre y el resto del 27, 28 y 29.

Las sacas de la cárcel de Ventas tuvieron lugar el 27, el 29 y el 30 de noviembre, además del 1 y el 3 de diciembre, con un resultado de 200 ejecutados en Paracuellos y Torrejón.

Aunque para el historiador británico resulta "imposible afirmar con exactitud cuántos asesinados hubo durante estas cuatro semanas, la cifra se estima entre 2.200 y 2.500 ejecutados".