Reproduzco un artículo colgado en mi blog en abril de 2007 en el que enlazaba a una tribuna de Juan Luis Cebrián. En enero de 1977 este periodista criado en los medios de comunicación franquistas, escribía que estaba harto de los muertos de uno y otro bando de la guerra. Parece que la progresía, la misma que pedía la amnistía (¡algo malo habrían hecho!) ahora quiere jugar a las tabas.
Juan Luis Cebrián, hijo de un alto cargo de la Prensa del Movimiento, el falangista Vicente Cebrián, y director de los Servicios Informativos de RTVE en 1974 a los 30 años, escribió en enero de 1977 en El País un artículo en el que condenaba todo recuerdo de todos los muertos de la guerra. Unos años después, se ha convertido en ideólogo de la memoria histórica.
Extraigo unos párrafos del artículo, titulado El final de una guerra y publicado el 9 de enero de 1977. A ver si el servicio de prensa de la Audiencia Nacional se lo pasa a Garzón.
Las víctimas en las guerras civiles no se deben exaltar por ninguno de los dos bandos, ni mucho menos por el victorioso, en menosprecio de quienes fueron derrotados. Lo contrario equivale a perpetuar el espíritu del fraticidio.
(...) Yo no voy a terciar en esa polémica cruel sobre quién asesinó más en aquellos años. Se asesinó y basta. Y no nos duelen a los españoles de hoy más los crímenes de un bando que los de otro.
(...) Hasta hace sólo un par de años los medios de comunicación oficial han machacado sobre nuestras cabezas la única realidad tangible: que el Poder de Franco también se basaba en el derecho de conquista y no era otro que el del vencedor de una contienda que acabó siendo permanente [Bien lo sabía él, que fue fue director de los servicios informativos de RTVE y redactor-jefe en el falangista Arriba].
(...) Cada vez que el Rey o el Gobierno dan un paso hacia la reconciliación deseada hay alguien que saca Paracuellos, Guernica, las tapias del cementerio del Este, Grimau, Carrero, la calle del Correo, Montejurra...
(...) sólo sobre la superación del pasado, de todos los pasados es pensable construir el presente
(...) Es imposible construir una democracia pacífica basada en el rencor, la revancha, o la prepotencia.
(...) Sólo con un total olvido objetivo de los temas que nos dividieron sangrientamente podrán los españoles construir su nueva paz civil. No se trata de reparar hipotéticos errores de la justicia, sino de ejercitar el mutuo perdón humano.
Hoy toca enterrar definitivamente nuestras diferencias.
Bueno, pues ahora, tal como Cebrián expuso en ese libro-guía del PSOE El futuro no es lo que era, toca desenterrar las diferencias. ¡Hay que j...: los señoritos del franquismo pidiendo purgas! ¿Por qué no empiezan por execrar de sus padres que tan bien les colocaron en el régimen?
En esto ha acabado el progresismo: fosas comunes, eutanasia y aborto. Muerte, muerte y muerte.
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