La broma del siglo XX sería el comunismo si no fuera por los 70 millones de muertos. (Y III) La hora del botín

Publicado en agosto 11, 2008

ATC
Como vimos en los anteriores capítulos, el movimiento Bolchevique no fue más que un invento de Rockefeller y grandes capitalistas americanos con el objeto de hacerse con el monopolio de todos los recursos naturales de Rusia, que ganaban en cantidad a los de cualquier otra región del mundo, incluído Estados Unidos. Por lo que una vez triunfó la Revolución marxista en aquel país, con la muerte de más de 70 millones de personas, llegaba la inminente hora de sacar rentabilidad al apoyo prestado. Para ello, en 1926 se firmó la primera gran inversión de los aliados capitalistas de la Revolución Bolchevique, en la recién fundada URSS, con el objeto de hacerse con el monopolio del petróleo soviético para vender en Europa.

Con Stalin ya en el poder de la URSS, tras la extraña muerte de Lennin al término de la revolución, en 1926 la compañía petrolífera propiedad de Rockefeller Standard Oil y su filial Vacuum Oil Company, a través del Chase National Bank (también propiedad de Rockefeller).

Según las noticias de la época, John D. Rockefeller había hecho un préstamo a los bocheviques de 75 millones de dólares, como parte del precio del acuerdo, según el investigador Estulin. Un años después en cumplimiento del trato, el socio secreto de la URSS, la Standard Oil de Nueva York, construyó una refinería de petróleo en Rusia, colaborando ilegalmente con un país, la URSS, que Estados Unidos no reconoció oficialmente hasta 6 años después, en 1933. Lo cual está prohibido por la Constitución y en contra de la ley americana. Pero es que, además, el propio presidente Wilson aporbó tan colaboración. Esta seria la primera inversión de Estados Unidos en Rusia desde la Revolución Bolchevique.

De tal colaboración, que continuó hasta la disolución de la URSS a principios de la década de los 90, existen muchas pruebas y documentos. Louis McFadenn, presidente del Comité Bancario de la Cámara de Representantes, que se opuso valientemente, según Estulin, a los manipuladores del sistema de la Reserva Federal en la decada de 1920 y 1930, dijo lo siguiente en un discurso a los congresistas el 10 de junio de 1932: “Abran los libros de Amtorg, la organización comercial del Gobierno sociético en Nueva York, los de Gostorg, la oficina general de la Organización del Comercio Soviético y los del Banco Estatal de la URSS, y se sorprenderán de cuánto dinero americano ha salido del Tesoro de los Estados Unidos en beneficio de Rusia. Averigüen qué transacciones se han llevado a cabo entre el Banco Estatal de la URSS y el Chase Bank de Nueva York”. McFadden, que tachó de ilegal a la Reserva Federal, que controla el Tesoro de los Estados Unidos, sufrió dos atentados, finalmente murió en condiciones no aclaradas hasta la actualidad. El apoyo americano a la URSS se completaría con la transferencia secreta a Rusia de la tecnología más sofisticada y cara del momento para justificar así la existencia de un “nuevo enemigo”. Los mismos métodos que actualmente están aplicando con China, al igual que en Rusia, con el dinero del contribuyente americano.

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