La Junta de Andalucía, gobernada con el apoyo de los 12 escaños "prestados" por IU (de los 109 que constituyen el Parlamento andaluz) , pretende promulgar una ley que llevará por nombre "de la memoria democrática andaluza", sobre la cual todo parece indicar que nacerá "desmemoriada", a tenor de lo que de allí y de allá vamos conociendo de la misma. De hecho, incluso antes de aprobarse ya ha la administración andaluza ha nombrado a un director general de la Memoria Democrática de Andalucía (todo un logrado eufemismo con el que pretenden denominar a la ley en cuestión), y que, para más señas, es comunista de IU y se llama Luis Naranjo.
Señala este nuevo cargo político "que es un mportante reto el que supone la elaboración de una ley de memoria democrática andaluza que permita a la Junta de Andalucía estar presente de oficio en los procesos de exhumación de víctimas del franquismo."
La Ley de la Memoria Histórica (socialista) de 2007 ya establece esta posibilidad. Por tanto da la impresión de que lo que se busca es otra cosa. Naranjo va más lejos cuando afirma que: “va a suponer también la posibilidad de que la Junta se persone a la hora de hacer denuncias ante la judicatura sobre las exhumaciones, puesto que son asesinatos y delitos que no han prescrito, crímenes de Lesa Humanidad, y éstos no prescriben nunca”. Llegados a este punto me surge una duda. ¿Qué tienen que ver las lógicas exhumaciones con que si son "asesinatos" y por tanto delitos que no han prescrito? Cuando uno estudia la represión marxista en cualquier lugar de España (en mi caso fue el Partido Judicial de Estepona) descubre que muchos ajusticiados por Franco lo fueron por delitos de sangre; por autoría o participación en asesinatos, ¿piensa denunciar también la Junta los crímenes cometidos por sus históricos correligionarios?
La Ley de la Memoria Histórica socialista de 2007, a pesar de estar dotada de un cierto sesgado rasgo, al menos mantenía intactos y no interfería en los terrenos cívico, social, jurídico y educativo de las personas (si bien los cubria la EpC). La nueva ley andaluza al respecto, sin embargo pretenderá ahondar mucho más en la tergiversación de la Historia, pues Naranjo subraya que confía "en la importancia de este marco legal para la participación de la Junta en todos los procesos de carácter educativo, cultural y mediático que tengan que ver con la recuperación de la verdad histórica". Aquí me surge otra duda. ¿Cuál es la "verdad histórica" de un militante comunista? ¿Está basada en la objetividad histórica? Porque parece que el señor Naranjo olvida que la Historia es la Historia y la memoria es algo subjetivo que depende de quien la vivió; por tanto defenderla desde el prisma ideológico, no parece el mejor vehículo para hallar la "verdad histórica", aunque sí el mejor y más desaprensivo medio para llevar a cabo un soterrado proselistimo político y un campo abonado para el adoctrinamiento.
La verdad histórica nos habla de militantes de un partido que mataban a su contrario por pertenecer a otra clase u opinar diferentes.La Historia nos muestras cosas como estas, dichas por Largo Caballero en la campaña electoral para las elecciones del 16 de Febrero de 1936: "Si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”. ¿Qué, vamos a decir estas cosas en los colegios y universidades? ¿Y estas, dichas un día después?: “la clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”. Si vamos a contar toda la verdad, pero toda, será una buena Ley, pero mucho me temo que no; será otro vehículo de la discordia y otro "sacaero" de dinero de las arcas públicas.
Señala este nuevo cargo político "que es un mportante reto el que supone la elaboración de una ley de memoria democrática andaluza que permita a la Junta de Andalucía estar presente de oficio en los procesos de exhumación de víctimas del franquismo."
La Ley de la Memoria Histórica (socialista) de 2007 ya establece esta posibilidad. Por tanto da la impresión de que lo que se busca es otra cosa. Naranjo va más lejos cuando afirma que: “va a suponer también la posibilidad de que la Junta se persone a la hora de hacer denuncias ante la judicatura sobre las exhumaciones, puesto que son asesinatos y delitos que no han prescrito, crímenes de Lesa Humanidad, y éstos no prescriben nunca”. Llegados a este punto me surge una duda. ¿Qué tienen que ver las lógicas exhumaciones con que si son "asesinatos" y por tanto delitos que no han prescrito? Cuando uno estudia la represión marxista en cualquier lugar de España (en mi caso fue el Partido Judicial de Estepona) descubre que muchos ajusticiados por Franco lo fueron por delitos de sangre; por autoría o participación en asesinatos, ¿piensa denunciar también la Junta los crímenes cometidos por sus históricos correligionarios?
La Ley de la Memoria Histórica socialista de 2007, a pesar de estar dotada de un cierto sesgado rasgo, al menos mantenía intactos y no interfería en los terrenos cívico, social, jurídico y educativo de las personas (si bien los cubria la EpC). La nueva ley andaluza al respecto, sin embargo pretenderá ahondar mucho más en la tergiversación de la Historia, pues Naranjo subraya que confía "en la importancia de este marco legal para la participación de la Junta en todos los procesos de carácter educativo, cultural y mediático que tengan que ver con la recuperación de la verdad histórica". Aquí me surge otra duda. ¿Cuál es la "verdad histórica" de un militante comunista? ¿Está basada en la objetividad histórica? Porque parece que el señor Naranjo olvida que la Historia es la Historia y la memoria es algo subjetivo que depende de quien la vivió; por tanto defenderla desde el prisma ideológico, no parece el mejor vehículo para hallar la "verdad histórica", aunque sí el mejor y más desaprensivo medio para llevar a cabo un soterrado proselistimo político y un campo abonado para el adoctrinamiento.
La verdad histórica nos habla de militantes de un partido que mataban a su contrario por pertenecer a otra clase u opinar diferentes.La Historia nos muestras cosas como estas, dichas por Largo Caballero en la campaña electoral para las elecciones del 16 de Febrero de 1936: "Si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”. ¿Qué, vamos a decir estas cosas en los colegios y universidades? ¿Y estas, dichas un día después?: “la clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”. Si vamos a contar toda la verdad, pero toda, será una buena Ley, pero mucho me temo que no; será otro vehículo de la discordia y otro "sacaero" de dinero de las arcas públicas.
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