ATC
El Gobierno republicano pensó que esta novedad repercutiría positivamente en la opinión pública internacional, e incrementaría la moral en el interior.
Las primeras mujeres milicianas se enrolan en Barcelona y se incorporan en la columna del conocido anarquista Buenaventura Durruti que partió hacia Zaragoza el 24 de Julio de 1936, según informa Joaquín Bardavío en Los Diarios de la Guerra, para combatir en el Frente de Aragón.
Pues bien, en este mismo frente, un grupo de estas milicianas que eran prostitutas del barrio chino de Barcelona, provocó “un importante número de bajas” entre sus compañeros combatientes; por la transmisión de enfermedades incurables o de larga convalecencia en aquellos tiempos. Por tal motivo, Durruti las mandó fusilar.
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