ALBERTO GUILLÉN
SEVILLA. Medio siglo después del fallecimiento del general Gonzalo Queipo de Llano, uno de los protagonistas en los sucesos de la Guerra Civil española, se editan ahora sus memorias recogidas en dos extensos tomos . El primer volumen, que se presenta bajo el título «Queipo de Llano. Memorias de la Guerra Civil» (La esfera de los libros), ocupa de la época de la contienda al alto franquismo y se cierra con una carta dirigida a Franco en la que Queipo de Llano solicita a éste que instaure la libertad de prensa y considere la democracia.
En sucesivas fechas verá la luz una segunda entrega que abordará sus inicios en la carrera militar y su consolidación como alto oficial bajo mandato republicano, antes de protagonizar la sublevación en la importante plaza de Sevilla para el bando nacional. El autor de la investigación y reconstrucción del texto, Jorge Fernández-Coppel, vindicó en la presentación del libro la necesidad de esta obra para arrojar luz sobre la vida de este personaje «del que se ha hablado mucho y sin embargo es un gran desconocido». Fernández-Coppel ha trabajado en estrecha colaboración con la familia del general que le ha facilitado el acceso a los archivos personales de éste. De todo ello se entrega una visión muy particular sobre uno de los episodios más trágicos de nuestra historia analizado desde el prisma privilegiado que le ofrecía su situación.
Otro de los puntos que se ponen de relieve en los escritos es la contradicción constante que puebla la vida de Queipo de Llano. Fue amigo íntimo de Miguel Primo de Rivera «y luego enemigo acérrimo». También se destaca que al principio «no se le tuvo en cuenta en los preparativos del alzamiento» ya que había sido uno de los participantes del complot republicano de Cuatro Vientos y con la II República ejerció como general de división. De ahí que en principio no se pensara en él. Pese a todo, Queipo de Llano «se acercó al general Mola para adherirse a la revolución» y será a la postre protagonista de una de las victorias «clave» para el bando nacional. Otro de los aspectos que muestran esa contrariedad se puede observar en su conflictiva relación con Alfonso XIII. Aún teniendo en cuenta su explícita condición de monárquico, «luchó a muerte contra el rey y en cambio fue el único oficial de uniforme en el sepelio del monarca».
Fernández-Coppel también analiza dos aspectos que sitúan a Queipo de Llano en el candelero. De una parte descarta cualquier posible vinculación del militar con el asesinato de Federico García Lorca argumentando que «no existe ni un solo documento o prueba sobre ello», a lo que añadió que los rumores de una posible relación entre el asesinato del poeta y el general es algo que «empieza con Ian Gibson». Coppel, arremetió contra el hispanista esgrimiendo que «se basa en panfletos y escribe sin pruebas, pero, las suposiciones no son historia»...
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